La semana pasada, aprovechando que no tenía clases, aparqué por unos días mi faceta docente para meterme de lleno en el traje de investigador y asistir a dos eventos matemáticos, tan diferentes como interesantes. Esta labor investigadora es mucho menos conocida que la docente, pero también forma parte del trabajo de muchos matemáticos, así que quizá quieras saber un poco más sobre ella.
Durante la primera mitad de la semana participé en el 10th Iberian Workshop on Computational Geometry. Ya sabes (por entradas como la de las distancias enteras o la del mínimo número de cruces) que en matemáticas todavía hay muchos problemas sin resolver. Algunos llevan años resistiéndose a ser resueltos, otros acaban de aparecer. Unos tienen aplicaciones inmediatas en la vida real, mientras que otros «sólo» contribuyen a ampliar el conocimiento de la humanidad (y a veces acaban teniendo utilidad unos años más tarde).
En estos «workshops», en español «talleres», se busca sumar esfuerzos para resolver problemas. Para ello se suele reunir a un número no demasiado grande de investigadores, que compartan interés por los problemas a tratar y que puedan aportar enfoques variados.
Este taller reunió a 10 investigadores, de varias universidades y países, para trabajar en problemas de Geometría Computacional. La primera mañana del taller la dedicamos a proponer problemas en los que trabajar y el resto del tiempo fuimos trabajando en aquéllos que más nos interesaron. A ratos de manera individual, a ratos en pequeños grupos y otras veces con el grupo al completo aportando neuronas.
Lo habitual es que alguno de los problemas te atrape y no consigas quitártelo de la cabeza, así que muchas veces acabas aprovechando cualquier momento para proponer una idea o tentar a la inspiración.
(Si pensabas que para investigar en matemáticas hacía falta encerrarse durante años en una biblioteca, ya ves que no 🙂 ).
Aprendimos mucho, conseguimos algunos avances y también tuvimos un momento agridulce al descubrir que uno de los problemas (precisamente el que yo proponía) acababa de resolverlo un colega de Berlín. Te alegra ver cómo se resuelve un problema que se te ha resistido… pero te gustaría haber podido resolverlo.
Además de todo eso desayunamos, comimos y cenamos juntos, así que también tuvimos tiempo para hablar de otras cosas. Política, tecnología, ciencia, universidad… Si siempre es enriquecedor conocer otros puntos de vista, cuando lo haces con colegas de profesión encuentras muchas ideas para hacer mejor tu trabajo.
Esta parte social también estuvo presente en el evento de la segunda mitad de mi semana, el Congreso de la RSME 2013. Según manifiesta en su web,
La Real Sociedad Matemática Española es una sociedad científica cuyo fin es la promoción y divulgación de las Matemáticas y sus aplicaciones, y el fomento de su investigación y enseñanza en todos los niveles educativos
Cada dos años esta sociedad (RSME para los amigos) organiza un congreso, con el objetivo de
Compartir la investigación reciente realizada por los matemáticos españoles, en un marco relajado y agradable que incite a estrechar lazos de colaboración y nos ayude a conocer los campos de interés y el trabajo realizado por nuestros colegas.
En este evento se reúne buena parte de la comunidad matemática española (más de 300 participantes en esta ocasión), gente con campos de trabajo e intereses muy diversos que acuden a presentar alguno de sus últimos resultados o simplemente a oír hablar de matemáticas.
El congreso de la RSME tiene dos partes bien diferenciadas. Por un lado hay varias conferencias «plenarias», en las que alguien puntero en su campo presenta algún trabajo. Estas conferencias están destinadas a todos los asistentes, y suelen repartirse de manera que, a grandes rasgos, haya una por cada rama de las matemáticas. Aunque algunas de ellas resulten un poco alejadas de tu especialidad (a veces no consigues entenderlo todo), te permite hacerte una idea de lo que se hace en otras ramas y puede sugerirte otras maneras de atacar un problema.
Por otro lado hay varias sesiones más especializadas (18 en esta edición), tratando temas como por ejemplo Estadística, Biomatemáticas o Interacciones Matemática-Informática. Estas sesiones se solapan en el tiempo, así que tienes que elegir a cuál de ellas asistir. El objetivo es que los ponentes presenten sus trabajos a un grupo más reducido de colegas, que trabajan en campos más cercanos al suyo.
A diferencia de los talleres, aquí uno ya ha resuelto el problema y presenta a los demás su solución. De este modo aprendes cómo otros han resuelto sus problemas, y eso te puede dar ideas para atacar los tuyos. También puedes aprovechar para preguntar alguna duda o proponer alguna idea relacionada con esos problemas.
En la sesión de Matemática Discreta tuvimos charlas con temas como aplicaciones de grafos a la mecánica cuántica o cómo construir sucesiones infinitas de Sidon (secuencias de números en que todas las sumas de dos de ellos dan resultados distintos). Mi charla fue sobre los valores que puede tomar la conectividad algebraica de un grafo; hubo algunas preguntas interesantes y algunas ideas para intentar mejorar los resultados.
Además descubrí que documentándome para el blog había aprendido cosas útiles relacionadas con algunas charlas…. y hubo charlas de las que saqué ideas para escribir nuevas entradas. Si quieres saber cuáles, tendrás que esperar un poco ;-).
Imágenes: Muchas gracias a Ana Mafalda Martins y a @cjgestal por dejarme usar sus fotos.
Para saber más:
Los enlaces sobre Geometría Computacional, Matemática Discreta, aplicaciones de grafos a la mecánica cuántica, sucesiones infinitas de Sidon o conectividad algebraica de un grafo son buenos hilos de los que empezar a tirar.
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